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miércoles, 27 de diciembre de 2017

MEDITAR ENSEÑA A MEDITAR


La meditación es un método para entrenar la atención y aprender a estabilizar la mente. Asimismo, nos ayuda a reorganizar la vida psíquica y superar los estados de confusión mental que generan sufrimiento propio y ajeno. Es el arte de la detención consciente que ayuda a drenar, estar en uno mismo, desalinearse y recuperar la paz interior. En la meditación se trata de estar atento y cada vez que la mente escaquea, tomarla con paciencia y firmeza y llevarla al ejercicio. La meditación es una, pero existen muchos sistemas y técnicas de meditación, tendentes también a estimular la visión clara y la comprensión profunda. Durante la meditación se pueden tener los ojos abiertos (con la mirada perdida en el vacío) o cerrados, de acuerdo a lo que prefiera la persona y como se distraiga menos. La meditación es la piedra angular del radja-yoga o yoga mental, pues también a través de la misma se va activando el discernimiento y se propicia la inteligencia primordial. Para los principiantes son especialmente útiles los ejercicios de atención a la respiración, pero hay que hacer respiraciones normales y no ejercicio respiratorio, solamente observar como entra y sale el aire, a través de nuestras fosas nasales. Un ejercicio magnífico es el de simplemente observar el movimiento o curso de la respiración, libre de ideas y pensamientos. Otro de ellos consiste en percibir el roce del aire allí donde se produzca en la nariz, fijando la mente en las aletas de la misma. Hay otro que estriba en captar el "dentro" y "fuera" de la respiración, y también otro en percibir el fugaz momento en el que la inhalación se funde con la exhalación y viceversa. La meditación nos enseña a meditar y vamos a través de ella eliminando la ignorancia básica de la mente y cultivando los denominados factores de iluminación, entre otros: atención, ecuanimidad, sosiego, contento interior, lucidez y compasión.

Otro ejercicio magnífico es el que consiste en convertirse en el muy atento pero desapasionado observador de todo lo que va viniendo la mente y discurriendo por ella, sin aprobar ni desaprobar, sin juzgar o interpretar; solo contemplar y dejar pasar. También es muy recomendable el que consiste en desconectarse durante unos minutos de todo lo exterior, dejar fuera de la mente las ocupaciones y preocupaciones, y poner toda la atención hacia adentro, tratando de silenciar el espacio mental y desarrollar la presencia de ser, en profundo y reconfortante recogimiento. (Casí todo el texto de R. Calle)

5 comentarios:

  1. Y lo llamaba recogimiento pensativo, pero no lo hago como dices así que voy a probar que seguro que así es mejor, Un abrazo

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  2. Si no lo hacemos porque no sabemos, con estas explicaciones no hay excusa, más claro no se puede definir lo que es meditar.
    Un beso.

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  3. Hola Ana.. Me gusta observar, la verdad es que soy demasiado observador, pero me cuesta ser desapasionado observador, sin aprobar ni desaprobar, sin juzgar o interpretar; solo contemplar y dejar pasar. Siempre acabo involucrando mis convicciones, tendré que aprender..
    Un abrazo..

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  4. La meditación se me hace totalmente necesaria, el día que no la hago noto su falta.

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  5. Para mi por lo que estoy pasando es más que necesaria.
    Buena entrada de año.
    Besos

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