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jueves, 3 de octubre de 2013

EL ÁGUILA




El águila es el ave con mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, debe tomar una seria y difícil decisión.
A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue agarrar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se le hace muy
difícil. Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durara 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse allí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la roca hasta conseguir arrancarlo.
Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas.
Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a quitarse sus plumas viejas. Después de cinco meses, emprende su vuelo de renovación, y a vivir 30 años más.
Situaciones parecidas nos suceden a lo largo de la vida. Hay momentos que parece que ya hemos dado todo lo que teníamos por dar. Es como si hubiéramos agotado nuestra creatividad y que ya no tuviésemos mucho que aportar.
Nuestra vida suele verse gris y envejecida. O nos transformamos como las águilas o estaremos condenados a morir. La transformación exige, primero, hacer un alto en el camino, tenemos que resguardarnos por algún tiempo. Volar hacia lo alto y comenzar un proceso de renovación.
Solo así podremos desprendernos de esas viejas uñas y plumas para continuar un vuelo de renacimiento y de victoria. Y ¿cuáles son esas plumas y uñas de las que tenemos que desprendernos? Pues, cada uno puede identificarlas fácilmente en sus vidas: son aquellas actitudes, vicios y costumbres que nos impiden el cambio, que nos atan al pasado, a la mediocridad a la falta de ánimo para empezar la lucha.
En otros puede tratarse de resentimientos, complejos, baja o alta autoestima, que nos nublan la vista y la capacidad de ser objetivos con nosotros mismos. Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causan dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

5 comentarios:

  1. Que sabia es la naturaleza. Muy buen ejemplo de supervivencia. Es muy difícil desprendernos de los hábitos que nos perjudican, pero como se dice: Renovarse o morir. Un beso.

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  2. Jo, no sabía esto de las águilas aunque me parecían fascinantes, pero ahora me lo parecen más aún.
    Un gran ejemplo de la naturaleza!!
    Graciasss

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  3. Bonita historia que adivino real. No se si yo tendría tanta fortaleza, aunque supongo que todos queremos mejorar. Un abrazo

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  4. Pues sí, las águilas son majestuosas, bellas, supervivientes y con una gran fortaleza para renovarse, todo un ejemplo a seguir, no arrancándonos las uñas, pero si otras cosas… Un abrazo chicas

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  5. Muy interesante, todo un ejemplo a seguir, cada uno de la forma que nos toca.
    Besos, buena tarde

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